Malheridos. La huella del tiempo en las bibliotecas REBIUN

Missale Compostellanum

Ficha

Título

Missale Compostellanum

Extensión

[3] h. ; Fol.

Procedencia

Universidad Pontificia Comillas M-UPC, XV-25.

Editor

[Salamanca : Juan de Porras, a. de 13 de febrero de 1496]

Sección

Descripción

Missale Compostellanum

 

Los libros litúrgicos con las peculiaridades propias de cada diócesis fueron sustituidos, tras la unificación textual aprobada en el Concilio de Trento, por los libros litúrgicos denominados de Nuevo Rezado. Los fragmentos expuestos corresponden a tres hojas desgajadas del Missale Compostellanum, caído en desuso por la medida, y que fueron reutilizadas en la encuadernación de protocolos notariales de finales del siglo XVI y principios del XVII.

Desde el último tercio del siglo XVI, no se había tenido noticia de la existencia del Misal Compostelano de 1495, hasta que, en 1883, el canónigo archivero de la Catedral de Santiago de Compostela, Don Antonio López Ferreiro, publicó una noticia extraída de unas Actas capitulares del siglo XV, en las que figuraba que “Juan de Porras ympresor, vecino de Salamanca” se había presentado ante el Cabildo compostelano el 22 de diciembre de 1495 para ajustar el precio de unos misales que había contratado con el Arzobispo Alonso de Fonseca, tiempo antes . El contrato estipulaba los misales en 700 ejemplares en papel, al precio de 700 maravedíes, y 50 misales en pergamino, al precio de 2.700 maravedíes , pero, al no haber conseguido pergamino para tantos ejemplares, así como el alto precio de éste, había realizado únicamente 30 misales en dicho material, compensándolo con 720 misales en papel, por lo que tuvieron que ajustar de nuevo el precio con la cantidad que debía abonar el Cabildo a Juan de Porras . Así, con el consentimiento del Arzobispo y por acuerdo del Capítulo, se elevó el precio a 734 maravedíes, para los misales de papel, y a 2.800 maravedíes, para los de pergamino.

El 13 de enero de 1496, se designa una comisión para efectuar el pago a Juan de Porras, “vecino de la cibdad de Salamanca” , al producirse la entrega de los misales.

El Misal estuvo en uso en la diócesis compostelana desde 1496, y sirvió de modelo a Vasco Díaz de Tanco, en 1541, para imprimir un nuevo misal, que se concluyó en torno a 1542-1543, y del que no se conservan ejemplares hoy en día.

Del Misal impreso por Juan de Porras en 1495 hay noticia en algunos inventarios del siglo XVI del Cabildo de Santiago de Compostela: Así, el 15 de octubre de 1509 había “dos misales en pergamino, el uno de molde, de los nuevos que hizo Juan de Porras y el otro viejo que traen cada día al altar” . Incluso en el inventario del 1 de enero de 1539 se menciona, entre los misales compostelanos de molde: “uno de pergamino gornescido [sic] las cubiertas y manos de plata blanca, uno de pergamino con cubiertas de palo enforradas en cuero negro, uno de pergamino con cubiertas de tabla enforradas en cuero colorado”, así como otros misales al uso salmantino o al uso romano.

Es posible que en los inventarios de 1544, 1546, 1552, 1555, 1559 ó 1560, dedicados a reliquias, aún estuviesen los misales de Porras, aunque no se especifica en ellos qué libros había. Pero, en el extenso inventario de 1569 -con anotaciones de 1571- ya no se recoge ningún libro impreso y únicamente se mencionan unos libros “dominicales de punto” manuscritos en pergamino. Y en el, igualmente extenso, inventario de 23 de junio de 1582 tampoco figuran los misales compostelanos, sino “7 Misales nuevos y 6 Breviarios Romanos grandes y 2 pequeños y otros libros”, lo que Odriozola interpreta como “la partida de defunción de los ejemplares del Misal Compostelano de 1495” .

Esto fue debido a las medidas adoptadas en el Concilio de Trento para unificar los libros litúrgicos, y que fue sancionado por el Papa Pío V con las Bulas Quod a nobis, de 9 de julio de 1568, y Quo primum, de 14 de julio de 1570, que imponían el uso exclusivo del Breviario Romano y del Misal Romano, respectivamente, para la liturgia de la Iglesia Católica. Lo que ocasionó que se desecharan los breviarios y misales anteriores, que recogían las peculiaridades propias de cada diócesis, en favor de la uniformidad litúrgica que, a partir de entonces, vendría dada por los libros denominados de Nuevo Rezado.

De esta manera, una gran parte de los libros litúrgicos elaborados antes de 1570 fueron arrancados de sus encuadernaciones. Y sus hojas -de papel o de pergamino- fueron -en el mejor de los casos- reutilizadas como refuerzo de nuevas encuadernaciones o como palimpsestos, pero, desgraciadamente, otras sirvieron de combustible para avivar el fuego, por no mencionar las que fueron destruidas directamente, eliminando de este modo cualquier vestigio de existencia de muchos de estos libros litúrgicos.

Así, los ejemplares del Misal Compostelano de 1495 fueron desapareciendo, cayendo su existencia en el olvido, hasta la noticia recogida por López Ferreiro, aunque no se encontró ningún ejemplar. Fue Don Antonio Odriozola quien descubrió, en 1961, una hoja suelta de un misal impreso en tipos góticos, en el Archivo de la Catedral de Santiago, que identificó con el Missale Compostellanum impreso en 1495 por Juan de Porras. La hoja no estaba en muy buen estado, pero fue todo un hallazgo.

A partir de ese momento, se encontraron nuevas hojas -la mayoría reutilizadas en la encuadernación de protocolos notariales, en diversas partes de Galicia-, de manera que, hasta el año 1987, llegaron a recuperarse unas 89 más –algunas en papel y otras en pergamino-, como recoge detalladamente el propio Odriozola, y donde menciona la existencia de estos fragmentos que aquí exponemos.

Actualmente, las hojas recuperadas del Misal Compostelano de 1495 se custodian en distintas instituciones, una de las cuales es la Biblioteca de la Universidad Pontificia Comillas, a la que llegaron los fragmentos expuestos, después de haber formado parte de la encuadernación de unos protocolos notariales, en 1601, del escribano de La Lanzada (Pontevedra) Antonio da Carballa, y que, en 1982, fueron encontrados -entre la documentación donada a dicha Universidad por la marquesa de Casa Pardiñas-  por el P. José Martínez de la Escalera, de la Compañía de Jesús.

BIBLIOGRAFÍA

Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela. Actas capitulares, libro 2, folio 63.

Haebler, Konrad. Tipografía ibérica del siglo XV: Enumeración de todos los libros impresos en España y Portugal hasta el año de 1500, con notas críticas. La Haya, etc.: Martinus Nijhoff, etc., 1903-1917. 2 vol.

López Ferreiro, Antonio. Galicia en el último tercio del siglo XV. Santiago de Compostela: Imprenta de la Gaceta y F. de la Torre y Cª, 1883.

 

López Ferreiro, Antonio. Historia de la S.A.M.I. de Santiago de Compostela. Tomo VII, Apéndice nº XLIV, 162: sobre el Inventario de los vasos y demás objetos sagrados destinados al servicio diario del Culto en la Capilla mayor de la Catedral de Santiago, del 15 de enero de 1539, del Archivo de la Catedral de Santiago. Santiago de Compostela: Imp. y enc. del Seminario Conciliar Central, 1904.

 

López Varea, María Eugenia. “Un incunable salmantino con tipos de Monterrey: El Misal Compostelano”. En XVII Seminario Hispano-Mexicano de Investigación en Biblioteconomía y Documentacion. Universidad Nacional Autónoma de México. Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información, 2021. https://www.youtube.com/watch?v=oTxcULxc19w

Odriozola, Antonio. “El Misal Compostelano impreso en 1495”. En Varia Bibliographica: Homenaje a José Simón Díaz. Kassel: Edition Reichenberger, 1988, pp. 499-519.

Vindel, Francisco. El Arte tipográfico en España durante el siglo XV en las ciudades de Salamanca, Zamora, Coria y en el Reino de Galicia. Madrid: Ministerio de Asuntos Exteriores, Dirección General de Relaciones Culturales, 1946. Vol. II.