Malheridos. La huella del tiempo en las bibliotecas REBIUN

Llamamos “desastres naturales” a aquellas causas, naturales o accidentales, que pueden provocar deterioro físico o químico en los fondos bibliográficos, sin que ello suponga necesariamente una intervención directa del ser humano.

Estas causas, que no suelen actuar individualmente, pueden ser internas y externas. Las primeras están relacionadas con la naturaleza de los materiales utilizados en la elaboración de los documentos, especialmente la acidez del soporte, las tintas ferrogálicas o las colas empleadas en la encuadernación. Las segundas se refieren no solo a factores medioambientales, como humedad, temperatura, luz, suciedad y contaminación, sino también a agentes biológicos, es decir, hongos, bacterias, insectos y roedores, fundamentalmente. Existen, además, causas accidentales y, por tanto, imprevisibles, como incendios, goteras, inundaciones, riadas, explosiones de gas, derrumbes, etc.

Los desastres naturales afectan a la permanencia y durabilidad de los soportes, las tintas y las encuadernaciones, ya que alteran negativamente sus propiedades estéticas, mecánicas y documentales. Así, los materiales librarios sufren oxidación, amarilleamiento, foxing y manchas diversas; son devorados por agentes biológicos, que los desgastan y perforan; se deforman, se debilitan, se vuelven quebradizos e inmanejables, ilegibles, llegando incluso a desintegrarse. Las pieles de las encuadernaciones pueden degradarse por el desarrollo de micro y macroorganismos y por exceso de acidez, causa de la llamada “pudrición roja”.

Los ejemplares mostrados en esta sección ilustran estas degradaciones y también cómo, en ocasiones, pueden recuperarse. Algunos “malheridos” lo han logrado merced a complejos, innovadores y costosos procesos de restauración, desacidificación, congelación o liofilización; y otros, aunque no han podido recuperar su función, han conseguido resucitar como obras de arte.

 

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