Questio[n]es et decisio[n]es physicales insignium virorum : Alberti de Saxonia in Octo libros physicorum…
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Questio[n]es et decisio[n]es physicales insignium virorum : Alberti de Saxonia in Octo libros physicorum…
La letra capitular aparece al comienzo de una obra, capítulo y párrafo con un tamaño sustancialmente mayor que las letras mayúsculas o minúsculas que acompañan el texto, ocupando por lo general un espacio de dos o tres líneas, aunque no es raro que abarque más renglones, e incluso que se extienda a lo largo del margen izquierdo de toda la columna del texto o página del libro. Normalmente se dejaba el espacio vacío y, una vez que el texto manuscrito estaba completo, se procedía a completar estas iniciales ornamentándolas y dotándolas de pigmentos. También se suelen llamar iniciales “miniadas”, palabra derivada del pigmento “minio”, que es un óxido de plomo de color rojizo.
En este caso, la mutilación se perpetró sobre las hojas de guarda, que pertenecen a algún manuscrito reutilizado para la encuadernación de este incunable.
Para la aplicación del oro a las iniciales, existen varios métodos que pueden combinarse dentro del mismo códice:
- Se puede hacer un diseño con pincel en una especie de cola húmeda y luego colocar encima el pan de oro para bruñirlo una vez que esté seco. Se pueden obtener así zonas de un brillo extraordinario (como en fondos dorados de algunos cuadros medievales). Esta técnica se ha encontrado especialmente en manuscritos de época muy temprana.
- Otra metodología es preparar un yeso mate pegajoso que da forma al diseño en tres dimensiones, y en el que, una vez aplicado y bruñido el pan de oro con un instrumento apropiado, parece muy grueso y las partes curvadas emiten intensos destellos.
- En un tercer método se utilizaría el llamado “oro de concha”, que consiste en oro molido mezclado con goma arábiga y una especie de tinta dorada (producida por un molusco marino) que se aplica con una pluma o cepillo pequeño. También se conoce esta técnica como “oro mate” u “oro líquido”. Al revés que con el pan de oro, este oro en polvo se aplicaba después de dados los colores.
BIBLIOGRAFÍA
De Hamel, Christopher. Copistas e iluminadores. Madrid: Akal, 1999