Malheridos. La huella del tiempo en las bibliotecas REBIUN

Biblia magna : commentariorum literalium  

Cuando en julio de 1936 comenzó la Guerra Civil, la Ciudad Universitaria fue testigo de una de las batallas más encarnizadas. La lucha fue durísima, combatiendo cuerpo a cuerpo milicianos, brigadistas y anarquistas por un lado y legionarios y regulares por otro. La Facultad de Filosofía y Letras, y otros edificios de la Ciudad Universitaria fueron asaltados y conquistados sucesivamente por un bando y por otro. Los ocupantes levantaron barricadas en puertas y ventanas con todas las cosas que pudieron hallar, entre ellas los cientos de volúmenes de la biblioteca. Muchos libros se convirtieron en improvisados parapetos y varios ejemplares conservan signos de esta lucha encarnizada, con impactos de bala en su interior.

Desde el otoño de 1936 las tropas sublevadas dirigieron sus esfuerzos a la toma de Madrid, que se convertía así en símbolo para los dos bandos. En noviembre se diseñó una táctica ofensiva que recorría el oeste de la ciudad y que tenía uno de sus epicentros en la Casa de Campo. A mediados de noviembre, tropas de regulares y legionarios dirigidas por el general Varela consiguieron romper la línea del río Manzanares y penetrar en los aledaños de Moncloa y de la Ciudad Universitaria donde se hicieron fuertes en algunos de sus edificios. El objetivo último era que estas posiciones les sirvieran de punta de lanza para el inminente asalto a la capital.

Ante esta ofensiva, los defensores del Madrid republicano, dirigidos por el general Miaja y el entonces comandante Rojo, conscientes de la importancia estratégica de la zona para neutralizar cualquier avance, consiguieron movilizar hacia ese frente a las tropas disponibles en esos días en la capital. Los primeros en entrar en acción fueron, además de los milicianos madrileños, las Brigadas Internacionales XI y XII, recién llegadas a Madrid. Desde los inicios la lucha fue durísima, combatiendo cuerpo a cuerpo milicianos, brigadistas y anarquistas por un lado y legionarios y regulares por otro. El Hospital Clínico, la Escuela de Arquitectura, la Casa de Velázquez, la Facultad de Filosofía y Letras, y todos los edificios de la Ciudad Universitaria fueron asaltados y conquistados por unos u otros.

Y fue así como los libros de la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, atesorados durante siglos, se convirtieron en improvisados parapetos, salvando vidas. Uno de los ejemplares que todavía conserva muestras de este momento histórico es esta gruesa biblia publicada en París en 1643, encuadernada en pergamino, y con ex libris manuscrito y sello de la Librería del Colegio Imperial de la Compañía de Jesús de Madrid en la portada.

Al existir otros ejemplares de esta obra se ha optado conservar este testimonio material del episodio bélico.

BIBLIOGRAFÍA

Torres Santo Domingo, M., Cabelolo Martín, M. “Otro testimonio de la guerra Civil en la Biblioteca...” En Pecia Complutense. 2008. Año 5. Num. 9. pp. 101-106

Torres Santo Domingo, M. “Libros que salvan vidas, libros que son salvados: la Biblioteca Universitaria en la Batalla de Madrid”, en Biblioteca en guerra, ed. Blanca Calvo y Ramón Salaverría, Madrid, Biblioteca Nacional, 2005, pp. 259-285